lunes, 3 de marzo de 2014

Tres escenarios para Venezuela




Lo ocurrido en Venezuela en las últimas semanas es la consecuencia lógica de un estado de caos que se fue agravando luego del fallecimiento del presidente Hugo Chávez y la asunción al poder de forma poco transparente de Nicolás Maduro.
Ahora estamos en medio de un huracán que día a día cobra nuevas víctimas y multiplica las protestas ya no sólo en las principales capitales sino en las regiones más distantes. 
A la inseguridad, la escasez y a la censura de los medios se suma un nuevo temor en la vida diaria del venezolano: represión a la oposición política.
Entonces, ¿qué es lo que se vislumbra en los próximos días para Venezuela? Y hablamos de días u horas porque es tal la distancia entre la realidad y la farsa de la propaganda oficial que todo llama a un pronto desenlace.
Por lo menos hay tres escenarios posibles: el fin del régimen, su consolidación o el sopor…
Si las protestas continúan y se genera la renuncia o salida a la fuerza de Nicolás Maduro, saldrá a la luz toda la verdad sobre la corrupción de  las principales figuras del régimen. Se establecería un poder transitorio y se llamaría a nuevas elecciones luego de conformar un nuevo Consejo Supremo Electoral con presencia de observadores internacionales de credibilidad.
En cambio, si la represión acorrala a los manifestantes, el régimen atacará a las principales figuras de la oposición, aumentará la censura en los medios y comenzará la cacería de brujas de ciudadanos de a pie que sean identificados con la oposición. La escasez y las muertes violentas por la delincuencia aumentarán y la sensación de depauperación aumentará. Lo peor será la depresión generalizada que se sentirá al saberse olvidados por la comunidad internacional.
Y una tercer escenario posible es que se generalice la “burundanga” o “pacificación obligada” del gobierno, es decir, que el clima de tensión se relaje debido a la necesidad de la ciudadanía de seguir adelante con sus vidas en la búsqueda de sustento y distracción psicológica. El rumor será el pan nuestro de cada día: se multiplicarán los desaparecidos y los atentados sin causantes identificados.
La única salida posible que le queda a Nicolás Maduro para mantenerse como presidente es la verdad y la negociación: que el gobierno reconozca sus faltas, saque de sus filas a los corruptos, rompa su descarada vinculación con el gobierno de los Castro e incluya en puestos de poder a figuras respetadas por la oposición.  
Si esto no ocurre la tensión será permanente y el deterioro del país se acelerará. 
La única esperanza que tiene Venezuela en estos momentos son los estudiantes: no claudicarán en su lucha, son incorruptibles, tiene la mejor razón que es su futuro y cuentan con el respeto y el respaldo de toda la sociedad.



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