domingo, 29 de noviembre de 2015

Venezuela: Después del 6D la lucha es con el Minotauro




Después de la muerte de Chávez en extrañas circunstancias -pues ni se sabe realmente la fecha de su fallecimiento- Venezuela entró en un laberinto del que pareciera no haber salida.
En febrero de 2014 los venezolanos pensaron que las protestas callejeras eran el hilo de Ariadna que los sacaría del infierno que estableció Chávez con su Socialismo del siglo XXI.
Se equivocaron y el laberinto se volvió más bizarro: el precio del petróleo cayó en picada, la inflación se disparó, se agudizó la escasez de alimentos y productos básicos, aumentaron la criminalidad y el secuestro, los servicios básicos de agua y electricidad colapsaron, la persecución política se hizo descarada…
La esperanza de encontrar “La salida” se convirtió en una trampa que los sumió más profundamente en el laberinto. El escapismo como opción se hizo imposible, tanto el externo al optar por la emigración dado el brutal incremento del dólar paralelo, como el interno con las burbujas psicológicas de negación dada la escasez y la violencia que saltó de la calle y se introdujo en la sala de todos. A los venezolanos se les ha acorralado y se les empuja al centro de la maraña roja donde el aterrador gruñido del Minotauro los espera.
Todos saben que no hay escapatoria, la única forma de destruir el entramado de tortura en el que han sumido al país es enfrentar al monstruo que se esconde en las sombras del poder.
Pero como en toda batalla, los guerreros toman un compás de aliento antes del enfrentamiento final: en eso se ha convertido la elección de los nuevos parlamentarios de la Asamblea Nacional el 6 de diciembre, en una tensa espera para luego enfrentar al monstruo.
Ya todos sabemos el resultado de estas elecciones: el régimen desprovisto de dólares y bajo el escrutinio democrático tanto interno como externo no podrá torcer la voluntad popular. La fuerza opositora obtendrá la mayoría simple en el Poder Legislativo gracias al 30% de ventaja que ha alcanzado según todas las encuestas ante el famélico régimen incapaz de recortar la avalancha del voto castigo con su campaña de miedo, la repartición de migajas y barajitas, y su fantoche propaganda –incluyendo el intento de resucitar virtualmente a Chávez.
Al amanecer del 7 de diciembre los venezolanos verán de frente los colmillos sangrientos y los ojos azules del Minotauro. Con la fuerza de una mayoría en la Asamblea Nacional la batalla tiene ahora un único contendor: Diosdado Cabello, el monstruo. 
El régimen intentará dar sus últimos zarpazos intentando anular al Poder Legislativo con una ley habilitante presidencial y los militares que han venido cebando con dólares en los últimos años.  La batalla final con el monstruo no será fácil, nos espera meses de intenso enfrentamiento, pero a diferencia del pasado, el venezolano ya no espera porque venga alguien a resolverle su embrollo, sabe que no puede esquivar la lucha.
Luego del 6D Venezuela entra en un periodo de fiebre dado el incremento sustancial de anticuerpos que despertarán y se activarán para atacar y destruir el narco-estado que la tiene enferma.
Hasta ahora los venezolanos luchaban por destruir los tentáculos del chavismo que al cortarlos se multiplicaban. Ahora tienen claro que el objetivo no es atacar los síntomas de un país colapsado sino acabar con la causa primigenia de sus males: la lucha ahora es de frente con el Minotauro, la lucha ahora es democrática, pacífica y constitucional- contra Diosdado Cabello y su insolado séquito. Esa es la salida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario