Por @Joaquin_Pereira
Luego de
los ataques en París el 13 de noviembre el Papa Francisco afirmó que estos
formaban parte de una “Tercera Guerra Mundial en trozos”, de la que viene
alertando desde hace meses. ¿Estamos realmente ante una Tercera Guerra Mundial?
Comencemos
por el principio: Una guerra mundial es un conflicto bélico entre varias
naciones de distintos continentes. Se identifica como Primera Guerra Mundial la
ocurrida desde 1914 a 1918 entre la Triple Entete -Francia, Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda y el Imperio ruso- y la Triple Alianza -Imperio alemán, Imperio
austrohúngaro, e Italia-. Mientras que se denomina Segunda Guerra Mundial a la
efectuada entre 1939 y 1945 enfrentando a Aliados –Reino Unido, Unión Soviética
y los Estados Unidos a partir de 1942- contra las Potencias del Eje - Alemania,
el Imperio de Japón y el Reino de Italia.
Algunos
llamaron a la Guerra Fría entre EEUU
y la URSS la Tercera Guerra Mundial, y si contamos luego a la guerra
contra el terrorismo como una Cuarta, el conflicto a que hace referencia
el Papa Francisco sería entonces una Quinta Guerra Mundial.
¿Deberíamos
incluir en el listado de guerras mundiales las Cruzadas (1095-1291),
la guerra de
los treinta años (1618–1648), la guerra
de Sucesión Española (1702–1714), la guerra
de los Siete Años (1756–1763) o las guerras
revolucionarias y napoleónicas (1791–1815)?
Quizá para
ubicar apropiadamente en una línea temporal a la guerra mencionada por el Papa
Francisco deberíamos fijarnos en los autores de los atentados de París: el
Estado Islámico o Daesh.
Y hago un
paréntesis para aclarar porque uso el término Daesh (al-Dawla al-Islamiya al-Iraq al-Sham) y no ISIS (Islamic State of Iraq and Syria):
en lengua árabe “daesh” suena parecido a "algo que aplastar o pisotear" por lo que los gobiernos
occidentales lo prefieren para irritar a los
yihadistas.
Para
finales de 2014 el Daesh contaba con casi 30000 combatientes originarios de 90
países -10% europeos, con 1.432 voluntarios franceses-. Su poder se sustenta en
unos ingresos diarios estimados en 2 millones de euros –comercialización de
petróleo y extorciones-, lo que lo convierte en el grupo terrorista más rico de
la historia. Por esto podemos coincidir con el Papa Francisco en que la
influencia del conflicto provocado por el llamado Estado Islámico es mundial.
El
principal objetivo de los miembros del Daesh es adelantar la Yihad que en una
interpretación errada del Corán se entiende como una “guerra santa” para
imponer el Islam por todo el mundo.
Al escuchar
las declaraciones del principal rostro del islamismo radical en Reino Unido, Anjem
Choudary, nos damos cuenta que estamos ante la eterna batalla entre los
guerreros de la oscuridad y los guerreros de la luz: “Es imposible derrotar a
quienes aman la muerte tanto como ustedes adoran la vida”, afirmó en una
entrevista publicada por el diario español el Mundo.
Según Anjem
Choudary no pasará mucho tiempo para que el autodenominado Estado Islámico
“recupere para los musulmanes” el territorio palestino, la India y España a la
que llaman Al Andalus.
Si el
conflicto al que el Papa Francisco llama “Tercera Guerra Mundial a trozos” se
trata de la Yihad o guerra santa, su origen es muy anterior a las grandes
conflagraciones del siglo XX conocidas como la Primera y Segunda Guerra
Mundial. Por esta razón más que numerarla habría que llamarla simplemente “La
Guerra”.
Si el Papa
habla de Tercera Guerra Mundial quizás es momento para revisar la tercera parte
del secreto de Fátima, revelado el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcillos
en la Cueva de Iria-Fátima y transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944:
“Y
vimos en una inmensa luz qué es Dios: 'algo semejante a como se ven las
personas en un espejo cuando pasan ante él' a un Obispo vestido de Blanco
'hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'. También a otros
Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en
cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque
con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran
ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de
dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el
camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran
Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma
de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos
sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y
mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había
dos ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las
cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se
acercaban a Dios".
¿Será
Francisco el último Papa de la iglesia Católica? Según determinan las profecías
de San Malaquías, el arzobispo de Armagh del siglo XII que tuvo la visión del fin
de la iglesia tal cual la conocemos después del nombramiento del papa 112:
“En
la persecución final de la Santa Iglesia Romana, no se sentará Pedro el Romano,
quien pastar a sus ovejas en muchas tribulaciones, y cuando se acaban estas
cosas, la ciudad de las siete colinas será destruida y el juez terrible juzgará
a su pueblo. El fin.”
El mismo
Papa Francisco habría contestado a esta pregunta. De
regreso de un viaje a Corea del Sur dijo a los periodistas que tenía un tiempo
limitado para completar sus reformas de la Iglesia Católica. Cuando le preguntaron
sobre su popularidad, aparentemente hizo la premonición sobre su muerte:
“La vivo como una generosidad del pueblo
de Dios. Interiormente, intento pensar en mis pecados, en mis errores, para no
enorgullecerme”. Y luego añadió: “Porque
sé que durará poco tiempo. Dos o tres años. Y después, ¡a la Casa del Padre!”.
¿Será
por esto que el Papa Francisco pide continuamente que recen por èl?
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